lunes, 7 de septiembre de 2015

no serías tú, no sería yo




Sé que nunca me pedirías eso.
No serías tú, ni sería yo,
que con las cosas de la vida no se tienta,
que con los ideales consagrados no se juega.

Sé que nunca actuarías así:
cortar las velas que me llevaron a ti,
soltar las amarras que me ataron a buen puerto
o a encerrarme en la dársena olvidado del tiempo.

Sé que nunca procederías de esta manera:
mancillar mis altares y mis versos,
destruir mis sandalias y mis textos,
apagar mis esperanzas y deseos
o a renegar de mi pasado y de mis sueños.

Sé que nunca me lo propondrías:
convertir mis principios en temores,
adorar a misas y embaucadores,
aplastar mis referencias y proyectos
o a enfrentarme al mundo en el que creo.

Sé que nunca te aprovecharías
de mis debilidades y de mis desaciertos,
de mis inseguridades y de mis miedos,
de mis congojas y de mi desaliento.

Sé que nunca me pedirías eso
porque no serías tú
e indefectiblemente tampoco sería yo.

No seríamos como ahora, libres e iguales.
No serías tú, ni sería yo.
Y por eso te quiero
y creo en ti, de esta manera tan inmensa.



No hay comentarios: